En el año 1936, el periodista James Agee y el fotógrafo Walker Evans convivieron durante los meses de julio y agosto con tres familias de campesinos algodoneros del sur de Estados Unidos. La revista Fortune les había encargado hacer un trabajo que reflejara las condiciones de vida de los arrendatarios durante la Gran Depresión. Así lo hicieron, pero la revista rechazó la publicación por la descripción austera que desprendían la prosa directa de Agee y las fotografías de Evans.
James Agee decidió convertir el resultado de este trabajo en un libro, logrando una de las obras más originales e influyentes del siglo XX: Elogiemos ahora a hombres famosos (Planeta, 2008), del que he tomado el nombre para este blog.
Ayer, el periodista Félix Madero, en su programa Protagonistas (Punto Radio), leyó la carta de Miguel Ortega, un profesor en paro que, desde la desesperanza, cuenta hasta dónde le ha llevado su situación de desempleado: “Uno va viendo como todo lo que le rodea se va cayendo a sus pies”, escribe.
La carta, que termina diciendo “así es la vida que soporta uno de los desempleados de este país”, fue releída anoche en el programa De costa a costa y esta mañana, de nuevo, en Protagonistas. Ante la insistencia de los oyentes, finalmente ha tenido que ser publicada en la página web. Las razones de las personas que escucharon la carta y que pedían su remisión han sido siempre la misma: “En todo o en parte, me veo reflejado”.
Una carta escrita en primera persona puede convertirse en un reportaje mostrativo. La de Miguel Ortega lo hizo en el momento en el que Félix Madero decidió leerla en su programa para poner ante nuestros ojos a “todas aquellas personas anónimas víctimas del capitalismo más atroz”. Como hace años lo hicieran Agee y Evans.
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