domingo, 13 de septiembre de 2015

El nuevo Nuevo Periodismo norteamericano: innovación en técnicas de inmersión

Lectura de verano / Rosa de Bustos
La Universitat de Barcelona ha publicado recientemente en español el libro El nuevo Nuevo Periodismo, que Robert S. Boyton publicara en el año 2005. La obra forma parte de la colección Periodismo Activo, que dirige el profesor Roberto Herrscher en la editorial de dicha universidad.

He leído y releído durante este verano esta obra de 438 páginas a la que creo que volveré más de una vez porque en cada lectura descubro nuevos elementos del periodismo narrativo que practican los periodistas norteamericanos. En este caso, diecinueve de los mejores nuevos nuevos periodistas: Ted Conover, Richard Ben Cramer, Leon Dash, William Finnegan, Jonathan Harr, Alex Kotlowitz, Jon Krakauer (cuya entrevista íntegra ha difundido la revista FronteraD), Jane Kramer, William Langewiesche, Adrian Nicole LeBlanc, Michael Lewis, Susan Orlean, Richard Preston, Ron Rosenbaum, Eric Schlosser, Gay Talese, Calvin Trillin, Lawrence Weschler y Lawrence Wright.

Las entrevistas a las que el autor somete a estos diecinueve escritores de relatos de realidad -“contadores de historias” como muchos de ellos se refieren a sí mismos-, en las que cada autor revela su método de trabajo, constatan lo que Robert S. Boyton anticipa y afirma en la introducción de la obra, que las innovaciones del nuevo Nuevo Periodismo norteamericano se han producido en el reporteo, más que en el lenguaje o la forma de contar las historias.

En este sentido, atrapa la descripción de la inmersión que estos periodistas hacen en sus historias antes de escribirlas: la búsqueda de los temas, sus técnicas de reporteo (proceso que diferencian de la fase de investigación y documentación en bibliotecas, textos académicos, estadísticas, periódicos locales, expertos, …), la forma en la que acceden a sus protagonistas, cómo les convencen para que les permitan escribir sobre sus vidas, la obsesión por la comprobación de los datos o sus reacciones cuando se ven implicados en las historias… Atrapa escucharles contar cómo vencen su resistencia a reportear, a meterse en vidas ajenas y a escribir… Pero sobre todo atrapan las confidencias sobre las historias que no salen, las que se abandonan porque se simpatiza demasiado con los personajes o las que salen aunque se sienta empatía con los victimarios.

En estas páginas, en las que se aborda el debate terminológico (nuevo periodismo, periodismo narrativo, no ficción, …) y se reflexiona sobre el objetivo de esta forma de periodismo y de su futuro, se expone además la capacidad de crítica de estos reporteros consigo mismos, con sus colegas, sus editores y sus medios.

Y en estas páginas, en las que diecinueve grandes firmas del periodismo narrativo desvelan su mirada personal sobre la realidad y su estilo de investigación, reporteo y escritura, hallo dos ideas que me parecen concluyentes: que el periodismo narrativo permite el uso de más técnicas y recursos que la ficción (lo apunta Richard Preston) y que los reportajes del Nuevo Periodismo son resultado de la imprescindible colaboración entre los periodistas y los protagonistas de la historia (Talese los llama socios).

Una obra que deseo esté ya incluida en las bibliografías recomendadas de profesores de redacción periodísticas de las universidades españolas.